viernes, 5 de mayo de 2017

LOS EFECTOS SECUNDARIOS DE LA QUIMIOTERAPIA (2ª PARTE)


Dudaba si seguir escribiendo sobre este tema porque no quiero hacerme cansina. Pero releo lo anterior y está bastante incompleto. Uno de los motivos, además de mi enorme impaciencia por empezar una cosa cuando aún no he terminado otra, es mi despiste, que es cierto que existía antes del tratamiento, pero ahora, mucho más exacerbado.

Este pequeño aturdimiento me hace funcionar más lenta, se me olvidan las cosas y en general, me siento menos reactiva. Parece que un porcentaje alto de personas con cáncer experimenta problemas cognitivos durante el tratamiento. Algunas incluso los mantienen al finalizarlo. Esto asusta un poco al leerlo pero como en casi todo, hay mucho que hacer para intentar evitarlo. ¡Hay que mantener al cerebro en forma! Leer, hacer sudokus, escribir, … Y para esos olvidos tontos, lo más socorrido… los post-it. Yo he comenzado ya a escribirme notas siguiendo este consejo, ¡pero el problema es que luego se me olvida leerlas!. Poco a poco 😊

Me gusta llevar acompañantes a mis citas. Ya no solo por la parte afectiva sino porque he comprobado que me quedo solo con la mitad de la copla que me cantan. Va a ser cierto eso que decían en los cursos de comunicación de que el paciente se entera únicamente de alrededor del 40% de lo que pasa en la consulta. Los nervios por la información que vas a recibir, el entorno que no deja de ser un sitio hostil comparado con tu casa y la carga emocional, entre otros, hacen que nos enteremos bien poco de lo que se nos dice. Por eso es tan importante que nos repitan la información para asegurar su asimilación o nos dejen un espacio para preguntas. La mayoría de profesionales que hasta ahora me han atendido se llevan matrícula en esto, pero sé, al hablar con otras compañeras de batalla, que soy una afortunada. Ojalá no fuera cuestión de suerte sino algo habitual en la relación que se establece entre médicos y pacientes.

Otra de las cosas que se me olvida, y no por problema mío sino porque ha desaparecido, es la menstruación. Esta ausencia de menstruación es lo que se conoce como amenorrea. Lo cuento con sabor agridulce. Por un lado es una gozada. ¿Qué mujer disfruta teniendo la regla? Fuera tampones, compresas, …, fuera dolores menstruales. Pero por otro lado es un recuerdo del desajuste hormonal y de mi probable infertilidad, tema que daría para un post entero. Algunos tratamientos para el cáncer de mama pueden producir una menopausia inducida. Según la edad y la situación particular de la mujer, esta menopausia inducida puede ser transitoria o permanente.
Como ya dije en una entrada anterior, prefiero no pensar en porcentajes, pero son muchos los factores que entran en juego para que una mujer que haya superado un cáncer de mama a mi edad pueda ser mami en un futuro. Lo primero es superarlo. Lo demás ya vendrá después.
Ahora, aunque la mayor parte del tiempo tengo frío, cual mujer menopáusica, experimento sofocos. Entre esto y el entretiempo, me siento una matrioshka con tantas capas de ropa.


Tampoco comenté nada de la neuropatía periférica. Se llama así al daño que se produce en los nervios del sistema nervioso periférico, que son los nervios que se encuentran fuera del cerebro y la médula espinal y llevan señales a otras partes del cuerpo, como a las manos y a los pies. Se puede percibir como dolor, adormecimiento, hormigueo, pérdida de sensibilidad… He roto ya tres vasos y dos platos. Por no mencionar el resto de utensilios que se me han caído de las manos. Siempre he sido torpe, vale. Pero Ikea ahora me tiene como clienta vip.

La sequedad de boca es otra de las cosas que me incomodan. Ya puedo beberme medio litro de agua del tirón que sigo sintiendo la boca seca y áspera. No existe cactus en el desierto menos hidratado que mi lengua. La boca… y la piel en general. Suerte que disfruto probando cremas. Las que no me hacen tanta gracia son las pringosas que protegen contra el Sol. No puedo salir sin ponerme protección 50 en cada centímetro de piel que asome desnudo. Yo, que para quemarme tenía que haberme pegado paliza solar, ahora saco colores con poco más de 15 minutos frente a Lorenzo. En fin, nada que no pueda solucionar un gorro o una buena sombrilla.



Vaya, pues parece que sí que me había olvidado de algunas cosas… Hace unos meses me hubiera enfadado conmigo misma por esto pero… pelillos a la mar, ¡nunca mejor dicho!

6 comentarios:

  1. Ana, te conozco muchos años y nunca pense que serias tan valiente:sigue asi,que todo saldra maravillosamente bien!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias Pili. Como ves esto sí es un aprendizaje. Forzoso... pero aprendizaje. gracias por estar

      Eliminar
  2. Excelente también esta segunda parte. Nosotras ya vamos por los efectos de las radios. Y todo es como bien lo compartes, muchas gracias Ana, te envió un fuerte y cariñoso abrazo con beso. Lindo día.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por todo el apoyo que me haces llegar. Un abrazo enooooorme

      Eliminar
  3. Me quedo sin palabras para describir la fuerza que peovocas. Grande como pocas! Vamos!!! 💪💪

    ResponderEliminar
  4. He llegado aquí por casualidad, y después de leer todo tu blog solo quiero transmitirte toda la fuerza posible y desearte mucho ánimo

    ResponderEliminar

Entradas destacadas