jueves, 6 de abril de 2017

ENFERMO...¿PASIVO O ACTIVO?


Los médicos de familia, y en general todos los médicos, no tratamos enfermedades sólo con fármacos. A veces, y sobre todo para las enfermedades crónicas, con algunas recomendaciones en cuanto a hábitos podemos mantenerlas estables e incluso mejorarlas, evitando la toma de medicamentos.

En los últimos tiempos está cobrando cada vez más peso lo que se conoce como “empoderamiento” del paciente. Una persona que conoce bien su enfermedad podrá tomar mejores decisiones en lo que a su salud se refiere. Sería un "paciente activo". 

Cuando supe que tenía cáncer pensé: “¿y qué hago yo ahora, si no hay enfermedad más pasiva que el cáncer?” “Dejar que me pongan la quimio y a esperar”.

No podía estar más equivocada. De hecho, me da hasta vergüenza reconocerlo.

Nunca me había parado a pensarlo antes. Los pacientes oncológicos también tienen mucho que hacer. Tenemos mucho que hacer.

Imagino mi tratamiento como un poste bien fuerte y robusto, sostenido por tres grandes cuerdas. Él solo probablemente se mantenga, pero podría verse abatido por inclemencias del tiempo. Quizás una tormenta pudiera tumbarlo.
Para mí, el poste representaría el tratamiento propuesto para mi tipo de tumor: la quimioterapia, la cirugía y posteriormente la radioterapia. Y las cuerdas, lo que complementa a este tratamiento: la alimentación, la actividad física y lo referente a la esfera psico-emocional.

Probablemente, si te han diagnosticado cáncer, recibas infinidad de recomendaciones de aquellos que te quieren. “Pásate a una dieta alcalina”, “haz más deporte”, “ve a un psicólogo”, “llora todo lo que tengas que llorar”, … Si no las recibes quizás te hayas puesto a buscarlo por internet. Hay miles y miles de recomendaciones. El problema es que algunas de ellas, lejos de ser beneficiosas, pueden suponer hasta un peligro para ti.

Me gustó mucho un documento que leí del GEPAC (Grupo Español de Pacientes con Cáncer). Os dejo el enlace:


Opté por cuidar más mi alimentación. No lo hacía del todo mal, pero probablemente abusaba de los dulces y de los alimentos precocinados. Ahora simplemente como de una manera más saludable. He aumentado el consumo de frutas y verduras, como más pescado que carne (limito las carnes rojas), no tomo nada de café ni alcohol y reservo los dulces para las ocasiones muy especiales.

Intento mantenerme activa tanto como la quimio me lo permite. He comenzado a hacer yoga en casa y los días que puedo salgo a caminar-correr.
He incluido también la meditación en mi rutina. Me ayuda a conectar conmigo, a estar tranquila e incluso a controlar algunos síntomas.


También busco otras actividades que me generen emociones positivas. Disfruto intentando ser más creativa. He comenzado a pintar (nunca antes había tenido tiempo para probarlo) y me he vuelto adicta al scrapbook (lo describiría como un tipo de manualidad que consiste en mejorar recuerdos).
Hace unos días recibí un regalo musical de un amigo. Mi siguiente reto es aprender a tocarlo. Creo que generaré más ruido que música pero me ilusiona también explorar este mundo.  

Me gusta sentir que no me quedo de brazos cruzados, que soy parte activa de mi enfermedad, o mejor dicho, de mi proceso de curación.

Cada una de las cuerdas que sostienen el poste representan bastante más de lo que os he podido resumir en estas pocas líneas pero no quiero extenderme mucho.
Mi consejo no es que hagas lo mismo que yo. Simplemente te invito a que busques de manera fiable lo que puedan ser para ti las mejores recomendaciones.




2 comentarios:

Entradas destacadas